15 junio 2006

RUSH "Permanent Waves" (1980, Progressive Rock)


La combinación de rock y música sinfónica- progresiva siempre fue polémica: temas de vente minutos de duración, decenas de miles de notas y arreglos, batallas interminables de teclados e interludios tan intensos como a veces aburridos, llevaron a las audiencias a amarla u odiarla sin términos medios.

Pero fue un género impuesto en los ’70 a partir del inmenso talento de una generación de músicos que conformaban grupos de un calibre sin igual como Yes, E L & P, Genesis, Pink Floyd y King Crimson solo por nombrar a los más conocidos, donde lo suyo pasaba más por lo progresivo y melódico que por el rock (salvo quizás los casos de Yes y E L & P).

Simultáneamente, Canadá nunca fue un gran exportador de música rockera, hasta que en 1974 apareció Rush con su álbum debut.

Si en la historia Led Zeppelin hizo de todo, este intrépido power trío que todavía hoy nos sigue deleitando no le fue en saga.

Se iniciaron como un grupo de elaborado rock crudo y pesado, con tímidos aportes progresivos , una especie de Zeppelin de segunda; y se caracterizaban por editar un álbum en vivo cada cuatro de estudio, como culminación de una etapa, porque la música de Rush pasó por varias...

El primer salto hacia la sofisticación de su sonido lo dieron con el clásico “2112” (1976), para despacharse luego con una placa en concierto tan “heavy” como “Alive!” (Kiss) y dos LPs increíbles como “A Farewell To Kings” y “Hemispheres”, en donde los teclados y sintetizadores se enfrentaban a zapadas y guitarreos infernales generando un cóctel asombroso y los temas de tres a diez minutos de duración convivían sin problemas.

Y continuaron con climas más técnicos y pulidos, cercanos al pop- rock durante los ’80, para en los ’90 sonar nuevamente filosos sin dejar de lado los aires progresivos hasta hacer algo más oscuro y ligeramente alternativo en la actualidad, dejando para quien quisiera develarlo, el acertijo de definirlos: rock, heavy metal, sinfónico, melódico?

Nada de eso y todo ello a la vez...

Los conocí en su etapa menos interesante aunque igualmente valiosa (los ’80) y cuando empecé a comprar sus CDs algo más de diez años atrás, no solo no paré de escucharlos jamás, sino que se constituyeron en mi acercamiento al sinfónico setentoso de los dinosaurios al comienzo mencionados.

Como síntesis, solo remarco que con Rush es más fácil descartar algunos pocos trabajos que elegir cual es el mejor, porque de ellos en una carrera de más de treinta años hay de sobra.

Pero su momento crucial tanto a nivel artístico como comercial lo vivieron en 1980 y ’81, al grabar dos LPs de neta transición que tranquilamente podrían haber conformado uno solo, “Permanent Waves” y “Moving Pictures”, probablemente con una pequeña luz de ventaja del primero sobre el segundo.

De transición porque “Permanent Waves” es el interludio entre el Rush rockero y apasionado de fines de los ’70 al más “light” y frío de los ’80 que resume de manera perfecta todos los complejos estilos por los que pasó la banda.

Desde instrumentaciones pomposas, sonido grandilocuente y producción altisonante, sin dejar de lado un factor preponderante en el trío como las letras (ciencia ficción, realidad diaria, la carrera espacial, homenajes a la radio (“Spirit Of Radio”), poesía y referencias a diversas artes (“Natural Science”, “Jacob’s Ladder”), “Permanent Waves” se mantiene como un hito orgulloso a partir también del equilibrio exacto entre lo duro, el progresivo y el pop (no es el término adecuado pero si el más cercano para encontrar una definición) dentro de esa atmósfera fría que el grupo siempre supo plasmar sin perder un ápice de garra ni caer peligrosamente en lo soporífero.

Por otro lado, pocas bandas aprovecharon tan bien el virtuosismo de sus integrantes; un bajo singular y poderoso, sintetizadores y teclados de alto nivel y vocalizaciones más afinadas y en tono que en sus primeros trabajos hacen de Geddy Lee un fenómeno.

Tampoco queda atrás el guitarrista Alex Lifeson con sus riffs zeppelinianos y efectos que recrean lapsos psicodélicos y menos aún el baterista Neil Peart, híper técnico y letrista, de los más grandes que ha dado la historia tras los parches.

“Spirit Of Radio” y su pegadizo estribillo desde las seis cuerdas abre la sesión, y junto a “Freewill” se transforman en las partes más entradoras y directas.

“Different Strings” ronda entre una textura melódica y sentimental, no es una balada sino un tema calmo e intelectual, mientras que “Entre Nous” es simple y apetitoso rock con sus fervientes guitarras.

Y los momentos épicos e intrincados llegan en “Jacob’ s Ladder” y “Natural Science”, dos canciones portentosas en las que el conjunto recorre todas sus variantes sin descanso haciendo de ellas lo mejor del álbum.

Si bien ya tenían un puñado de años escalando posiciones en Inglaterra y USA, “Permanent Waves” y su sucesor “Moving Pictures” harían de Rush una mega banda mundial con la particularidad de considerársela de culto pero masiva a la vez y exitosa bajo un estilo poco accesible.

Y como si ello no alcanzara, es menester agregar que el trío mantiene una posición básica en la historia porque inspiró todo el movimiento “hard- progressive” de los ’90 que encabezara Dream Theater.

Por suerte hoy siguen vivos e innovando como el primer día, arriba de una ola que permanentemente nos atrae una y otra vez hacia ellos.

Calificación: 10/10

Review por Fernando