Quienes escuchamos rock seguramente nos iniciamos con grupos anglosajones. Entre fines de los ’70 y comienzos de los ’80, la escena europea agregaba a Alemania como país de exportación en cantidad de bandas especialmente de hard rock- heavy metal; y luego continuaron apareciendo de diferentes lugares hasta nuestros días, con lo que hoy es común conocer conjuntos provenientes de todo el planeta. Pero no lo era hace veinticinco años, y menos si esa grupo era español.
Pues si; en 1981 Barón Rojo sacaba su primer álbum que incluía el clásico “Con botas sucias”, y la sorpresa tomaba por asalto al continente europeo: de España se presentaba un cuarteto hacedor del más aguerrido heavy- rock, formado por la dupla de guitarras de los hermanos Carlos y Armando De Castro, el bajista y primera voz José Luis Campuzano (conocido como “Sherpa”) y el baterista uruguayo Hermes Calabria.
Pues si; en 1981 Barón Rojo sacaba su primer álbum que incluía el clásico “Con botas sucias”, y la sorpresa tomaba por asalto al continente europeo: de España se presentaba un cuarteto hacedor del más aguerrido heavy- rock, formado por la dupla de guitarras de los hermanos Carlos y Armando De Castro, el bajista y primera voz José Luis Campuzano (conocido como “Sherpa”) y el baterista uruguayo Hermes Calabria.
Y desde el vamos quedaba claro que los tipos tenían el nivel de un grupo internacional, y mucho hubiera cambiado su carrera si habrían salido de Inglaterra, puesto que España era considerado como un mercado poco tradicional del cual surgiera un conjunto de rock.
Tan bien hacían lo suyo estos barones, que cuando visitaron nuestro país entre los años 1983- ’84 y ’85 se los tomaba como parámetro de “lo profesional” que podía ser una banda de rock sin la imperiosa necesidad de ser yanki o inglesa, con el objetivo de aplicar ese profesionalismo a los intrascendentes artistas nacionales.
Y como era imposible acceder a Maiden, Judas, Purple y otros grandes salvo a través de sus discos y videos, Barón Rojo era visto como el conjunto accesible de mayor rango y calidad.
Para tener una idea de cómo revolucionaron la escena española, no sería errado afirmar que prácticamente “inventaron” el heavy español, a tal punto que en noviembre de 1981 partieron a los estudios “Kingsway” de Londres (propiedad de Ian Gillan) a grabar su segundo álbum y tomar como base de operaciones de sus actividades Inglaterra.
Por un par de años, era normal ver a Barón Rojo tocando en Holanda, Bélgica y varias ciudades inglesas; o codearse en el “Marquee” con Bruce Dickinson o el Michael Schenker Group, hasta transformarse en la revelación del festival de “Reading” en 1982 o ser tapa de la prestigios revista “Kerrang!”.
Y el trabajo que les permitió ese despegue fue “Volumen Brutal”, editado en marzo del ’82, no solamente en España, sino en Japón e Inglaterra, por lo que se grabó una idéntica versión cantada en inglés.
Hacían algo fuera de lo común para ser tan elogiados? No, simplemente era “novedoso” comprobar que una banda española sonaba en este álbum como un grupo de primera línea, de manera ajustada, pesada y gorda.
Hay mucha influencia rockera del primer AC/ DC, acordes más duros con aires a Purple y decididamente heavys a lo Maiden. Y la melodía no estaba ausente.
“Incomunicación” es la potente canción que abre el disco y descarga machaques y riffs aquí y allá; “Los rockeros van al infierno” pone en relieve los armonías de la dupla de hachas de los hermanos De Castro, siempre destacándose Armando por el virtuosismo y buen gusto de sus solos. “Sherpa” hace gala de su voz agresiva y entonada en “Son como hormigas” y la incandescente “Resistire”.
El momento más emotivo llega en “Concierto para ellos”, un homenaje a estrellas fallecidas prematuramente (Bon Scott, Janis Joplin, Lennon, Duane Allman, Hendrix, Bonham, Marc Bolan, Brian Jones y Keith Moon) y el punto alto con el irresistible gancho de “Las flores del mal”, un rockazo de aquellos. La placa se cierra con el instrumental “El Barón vuela sobre Inglaterra”, muy en la vena de “Transylvania” o “Drifter” de Iron Maiden.
No podría decirse que eran originales, pero no es fácil encontrar en éste y otros trabajos una combinación tán exacta entre lo melódico y lo pesado, resaltado a través de guitarreos infernales y una base sólida como una pared de ladrillos.
En pocas palabras: “Volumen Brutal” tiene todo lo que un álbum tradicional de hard rock de los ’80 necesita, y se torna obligatoriamente recomendable para todos los que crecimos en aquella década. Y para conocer que en España se podían hacer cosas similares a la de los estandartes ingleses de la “NWOBHM”.
Los buenos años el Barón se extendieron hasta 1985- ’86; en ellos se despacharon con otras glorias como “Metalmorfosis” o “En un lugar de la marcha” y el épico en directo “Barón Al Rojo Vivo”, producido por el prestigioso Chris Tsangarides (si, el de “Painkiller”...).
Después, malos manejos, cambios de personal y el lastre de provenir de un circuito no tradicional hicieron que su estrella no se apagara definitivamente pero si disminuyera mucho su luz hasta hoy. Igual, lo bailado no se los quita nadie y en ese baile está “Volumen Brutal”, uno de los pasos más destacados, capaz de dejarnos sin aliento.
Calificación: 8/10
Review por Fernando